El estupor en el mundo no se termina tras la muerte de la modelo Reeva Steenkamp, y Oscar Pistorius cada vez aparece más comprometido como autor de un "asesinato premeditado" en la noche de San Valentín. El desafortunado spot lo pone en jaque con sus promotores.
Los cuatro disparos que alcanzaron el cuerpo de su novia en su casa de Pretoria son el principal motivo de investigación en la causa y el contexto de la leyenda es, por lo menos, desafortunado.
"I am the bullet on the chamber" ("Yo soy la bala en la recámara"), rezaba el afiche publicitario que apareció junto a un video promocional en donde Pistorius, junto a otros atletas, corre mientras se escucha "Mi cuerpo es mi arma" y se oye el sonido característico de varios disparos.
En la tercera jornada del juicio, que se realizará este jueves, Pistorius sabrá si se le concede la libertad bajo fianza.
El atleta paralímpico quedó también bajo sospecha de doping, tras el allanamiento en su casa. Las autoridades policiales encontraron dos cartones de testosterona y varias jeringas en el armario de su habitación.
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