Una argentina de 22 años logró la autorización de la Justicia para concretar el matrimonio el Día de los Enamorados. Finalmente, la unión entre Edith Casas y Víctor Cingolani se llevó a cabo en una ceremonia atravesada por la polémica y custodiada por un fuerte operativo policial.
Cingolani fue agredido, en primer lugar, cuando se hizo presente en el registro de la localidad de Pico Truncado, donde lo esperaba su novia.
Al término de la ceremonia, que duró poco más de media hora, varios vecinos lanzaron piedras contra el flamante esposo, que debió salir del lugar corriendo –sin esposas–, acompañado por dos agentes.
Los primeros reportes indican que en medio de la tensión, una persona fue detenida por haber arrojado objetos contra la sede del registro civil. Hubo corridas y se escuchó un disparo, mientras que personal de la fuerza de seguridad intentaba resguardar la entrada al lugar.
Según explicó el jefe del operativo a la prensa que estaba en el lugar, el hombre fue trasladado nuevamente al penal donde cumple su condena a 13 años de prisión.
La boda tuvo que superar el impedimento de la madre, Marcelina Orellana, quien presentó un recurso para evitar que su hija se casara con el asesino de su gemela.
La jueza subrogante de Pico Truncado, Gabriela Zapata, indicó en su momento que no encontró indicios en los resultados de las pericias para impedir que Casas se case con Cingolani, quien se encuentra detenido y condenado por el hecho ocurrido en 2010.
Víctor Cingolani, el asesino, fue novio de Johana Casas, aunque en el momento del crimen habían roto la relación. La gemela asesinada convivía entonces con Marcos Díaz, de 37 años, también acusado y quien irá a juicio en mayo.
“Voy a casarme con el hombre que amo y no con quien asesinó a mi hermana. Vamos a formar una familia y a tener hijos”, dijo la mujer antes de la boda.
Por su parte, su esposo dijo: "Quiero que se sepa la verdad y que la gente deje de llamarme asesino, porque no lo soy". Según aseguró en declaraciones a un canal de televisión, fue condenado porque "en Santa Cruz no había pruebas contra nadie y tenía que haber un preso, por eso apuntaron al ex".

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